Memorias de vida y militancia
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María Cristina Bustos
Tucumana, hija única, peronista desde la cuna. Estudió Derecho siguiendo los pasos de su papá. En la facultad conoció a su
compañero, José Carlos Coronel. Como empleada del Ministerio de Trabajo defendió los derechos de los trabajadores de los
ingenios. Militaba en el Peronismo de Base y posteriormente se incorporó a Montoneros.
Sus compañeros recuerdan que “sus convicciones eran muy fuertes y claras, quería cambiar este mundo y el peronismo, y en ese
momento las armas eran el camino. Fortaleza de mujer”.
Defensora de presos políticos, siguió el caso de su compañero, que había sido encarcelado en 1971. Con la amnistía de Cámpora,
José Carlos fue liberado y se casó con Cristina el 7 de septiembre de 1973. Se mudaron a Buenos Aires donde nacieron sus dos
hijas, María y Lucía.
José Carlos fue asesinado por las Fuerzas Armadas junto a un grupo de compañeros el 29 septiembre de 1976, en el hecho
conocido como “El combate de la calle Corro”.
María Cristina fue secuestrada junto a su hija Lucía de diez meses, el 14 de marzo de 1977. Tenía 32 años. Ambas fueron trasladadas
a la ESMA. Lucía fue encontrada por su abuela días después.
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Ricardo Omar Lois
Ricardo nació en Lanús y vivió muchos años en Burzaco. De tres hermanos, era el del medio. Practicaba rugby desde los ocho
años y luego, ya como estudiante de Arquitectura de la UBA, proyectaba armar un equipo en su facultad. Jugaba en el Club
Pucará y era de San Lorenzo, por lo que siempre llevaba una bufanda tejida por su mamá con los colores de ambos equipos.
A los 20 años se fue a vivir a una pensión, pero más tarde volvió a mudarse con su familia a un conventillo en Constitución. Tuvo
distintos trabajos, y en ocasiones compartía el sueldo entre compañeros o vecinos, porque consideraban que era “lo justo”. A
Ricardo le costaba levantarse temprano, entonces ponía el despertador dentro de una olla para que sonara más fuerte.
Como estudiante de la UBA empezó a militar en la Juventud Universitaria Peronista. Allí conoció a Graciela. El día del
casamiento, estaban sus compañeros de la JUP y él portaba en el saco una estrellita montonera. Juntos vivieron en La Tablada,
pero cuando comenzaron los secuestros se mudaron a Mataderos. Tuvieron una hija: María Victoria.
Sus compañeros lo llamaban Aníbal, y en la facultad lo conocían como Ricardo Breyer, porque iba a la cátedra Breyer. En ese
tiempo trabajaba en una empresa de productos de perfumería.
Tenía 24 años cuando fue secuestrado, el 8 de noviembre de 1976, y llevado a la ESMA. Continúa desaparecido.
[En el fondo de la postal] Dibujo realizado por Ricardo.
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Miguel Ángel Boitano
A poco de que, con gran esfuerzo, su familia lograra mudarse a una casa en el barrio porteño de Recoleta, nació Miguel Ángel.
Allí transcurrió toda su vida. Cuando tenía 12 años falleció su padre y desde entonces vivió con su mamá, Lita, y su hermana
Adriana, tres años mayor, con quienes eran muy unidos.
Fue un excelente estudiante del Instituto Cristóforo Colombo, y resultó premiado como mejor alumno con un viaje a Italia.
Divertido, reflexivo y con “pasta de líder”, su casa era muy concurrida por sus amistades. Le gustaba escuchar a Santaolalla y
también hacía teatro. A través del Instituto se vinculó con estudiantes del Colegio Belgrano y comenzó a militar con ellos en el
peronismo. Al ingresar a la carrera de Arquitectura de la UBA, formó parte de la Juventud Universitaria Peronista. Desde 1975,
frente a la persecución política, tuvo menor presencia en la facultad.
Fue secuestrado-desaparecido el 29 de mayo de 1976 por el Grupo de Tareas de la ESMA. Tenía 20 años.
El 24 de abril de 1977 fue secuestrada su hermana Adriana, también desaparecida.
[En el frente de la postal] Avión de madera realizado por Miguel Ángel y cartas de sus amigos.
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Franca Jarach
Vivió su infancia en una casa muy alegre del barrio porteño de Belgrano. Sus padres, de origen italiano y amantes de la montaña,
le transmitieron ese mismo amor a Franca, quien desde los seis años hizo andinismo con ellos. Disfrutaban especialmente ir de
campamento juntos a distintos refugios de Bariloche. Ella además practicaba natación, esquí y remo. Le gustaba la música
clásica y el rock, escuchaba a Almendra y los Beatles.
Sentía una gran inclinación por las artes. Tocaba la flauta dulce y traversa, escribía poemas y, al igual que su papá, dibujaba y
pintaba desde muy chiquita.
Alumna destacada del Colegio Nacional Buenos Aires, fue abanderada y obtuvo la medalla de oro por excelente desempeño.
Desde el ámbito escolar, comenzó a militar en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Participaba en las tomas del colegio
y fue delegada del centro de estudiantes. Con una sonrisa cómplice, su mamá recuerda que en uno de sus boletines Franca
“tenía todo 10 y mala en conducta”. Luego de una toma que duró tres días, recibió varias amonestaciones y quedó libre. Aunque
la escuela quiso reincorporarla y ella amaba el colegio, decidió no terminar allí sus estudios. Al finalizar la secundaria asistió a
un taller gráfico, donde se vinculó a un pequeño grupo sindical de la Juventud de Trabajadores Peronistas (JTP).
Fue secuestrada el 25 de junio de 1976 y vista en el Centro Clandestino de Detención ESMA. Tenía 18 años. Permanece desaparecida.
[En el fondo de la postal] Pintura realizada por Franca siendo niña.
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Graciela Estela Alberti
“Mimi” o “la negra” creció en Buenos Aires con su hermano mayor, Enrique. Estudió Arquitectura en la UBA. “Se concentraba
mucho cuando estudiaba, tenía casi un tic acomodándose los anteojos”, recuerda su familia. Era seria, formal y ejecutiva: “la
negra resolvía cosas”.
Le gustaba tomar café, fumar y escuchar Almendra. Jugaba noches eternas al TEG, lo lúdico “le transformaba la mirada, brillaba.
Se reía mucho”. Cuando finalizó sexto grado en la primaria, conoció a Santiago Ulises Murphy (“Jimmy”), mientras vacacionaban en
Córdoba. Comenzaron a escribirse cartas asiduamente y mantuvieron una hermosa relación. Se casaron cuando ambos tenían 21
años. Dentro de la familia ocuparon un lugar muy afectuoso y presente. Graciela era generosa en la compañía y con lo que hubiera
para compartir. Tenía un carácter muy especial, se hacía querer por todos. Con sus sobrinos fue una “tía madrina adorable”.
Militó en la Juventud Peronista junto a su compañero, y posteriormente se integraron a Montoneros. “Raquel” –nombre que
eligió durante su militancia– formó parte de la Columna Oeste y llegó a un alto grado dentro de la Organización. Cuando
Santiago fue asesinado por la dictadura en 1977, ella quedó desconsolada. Con el tiempo, formó pareja con Ricardo Soria, “Lalo”,
su último compañero, y entonces “volvió a reír, a mostrar esa sonrisa hermosa, a malcriar a su perra y disfrutar de sus sobrinos,
que la convirtieron en Mimi para siempre.”
El 17 de marzo de 1980 Graciela y Ricardo fueron secuestrados y llevados al Centro Clandestino de Detención ESMA. Ella tenía
26 años. Ambos permanecen desaparecidos.
Las fotografías son de su casamiento con “Jimmy”.
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Claudia Josefina Urondo
Nacida en la Provincia de Santa Fe, fue la mayor de tres hermanos, en una familia de intensa actividad intelectual y cultural.
Su cara de nena y su bajo perfil contrastaban con su convicción a la hora de actuar. Muy unida a su familia, los protegía, al
tiempo que los instaba a un compromiso político activo.
Comenzó a militar con sus compañeras de secundaria en el Movimiento de Liberación Nacional MALENA. A través de un grupo
de amigos del Colegio Nacional de Buenos Aires, se sumó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y fue ella quien vinculó
a su padre, el poeta Francisco Urondo, con esta organización. Tras la fusión de FAR y Montoneros, Claudia llegó a ser responsable
de Información. A principios de 1973 fue detenida junto con su marido, su padre y otros compañeros. Estaba embarazada
de su primer hijo. Todos recobraron la libertad con la amnistía a los presos políticos del presidente Cámpora.
Mario Lorenzo Koncurat
Creció en General Pico, La Pampa, en una familia de origen croata y muy católica. Fue el segundo de cinco hermanos. Fue un gran
jugador de básquet en el Pico Fútbol Club.
Disfrutaba de las peñas, el vino, los Beatles, los Fronterizos y los Chalchaleros. Su hermano cuenta que “le gustaba estar de joda
y jugar al póker”, a la vez que se destacaba por su trabajo de base y una claridad política sustantiva. Era “un tipo de corazón
abierto, generoso, amplio, con la facilidad de que los demás lo quieran”.
El “Jote”, como lo apodaban, se mudó a Córdoba para estudiar Derecho. Allí se unió al “Comando de Resistencia Santiago
Pampillón”, donde militaba su hermano mayor. Participaron activamente en el Cordobazo. Tras la división del grupo, su sector
se integraría a las FAR y luego a Montoneros, donde Mario fue responsable de Prensa y Propaganda dentro de la Capital Federal.
Claudia y Mario se conocieron en 1971. Poco después, el padre Mugica los casó en nombre del “señor Jesucristo y el Che Guevara”.
Tuvieron dos hijos.
El 3 de diciembre de 1976 fueron secuestrados por el Grupo de Tareas de la ESMA. Claudia tenía 23 años y Mario 28. Ambos están
desaparecidos.
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Ernesto Eduardo Berner
Nació el 2 de julio de 1954 en Castelar, Provincia de Buenos Aires, y luego se mudó a Capital Federal. Desde muy chico leía
“cuanto caía en sus manos” y con el paso de los años creció en él un particular interés por la política, la filosofía y el derecho.
Estudió Abogacía en la UBA y asumió un fuerte compromiso militante en la JUP y Montoneros.
Disfrutaba del deporte, en especial del tenis y el rugby, que empezó a practicar desde la adolescencia, primero en el Club GEBA
y más tarde en el Club San Martín. También adoraba los juegos de mesa como el TEG y el ajedrez.
Locuaz y hablador, su compañera recuerda que “siempre se le ocurrían temas para intercambiar y debatir; era muy bueno
argumentando”. Los que lo conocían se encariñaban fácilmente con él, por su carácter simpático y su humor agudo y perspicaz.
A lo largo de su vida creó profundos lazos de amistad y formó una familia con Isabel, con quien tuvo a su hijo Norberto. No pudo
verlo crecer, pero sí llegó a soñar como sería.
El 11 de enero de 1977 Ernesto fue secuestrado por la patota de la ESMA y aún está desaparecido. Tenía 22 años.
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Hugo José Agosti
Creció en la localidad de Martínez, Provincia de Buenos Aires. Sus padres provenían de familias italianas de extracción obrera y
peronista. Tenía una gran sensibilidad para escribir, le gustaba tocar la guitarra y dibujar, especialmente caballos.
Su hermana cuenta que “era el joven en el que las mamás de las compañeras de secundaria confiaban, el protector cuando
volvían a sus casas luego de los boliches”. Era también “el celador piola” para los estudiantes del Colegio “Santa Teresa del Niño
Jesús”, donde estudió y más tarde fue preceptor. Miembro fundador del grupo de jóvenes del “Centro Misional San Francisco
Javier”, comenzó a participar allí en trabajos sociales. Siempre solidario, sentía un gran interés por el otro, luchaba contra las
desigualdades y la injusticia. Mientras estudiaba Arquitectura en la UBA empezó a militar en la Juventud Universitaria Peronista
y luego en la Organización Montoneros.
Fue secuestrado el 7 de noviembre de 1976, junto a sus compañeros de facultad Ricardo Lois y Antonio Blanco García. Todos
fueron llevados al Centro Clandestino de Detención ESMA. Hugo tenía 23 años.
[En el fondo de la postal] Cortinado familiar.
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Jorge Simón Adjiman
Creció en el barrio de Boedo, donde sus padres tenían una pequeña fábrica de ropa infantil. A él y sus hermanos, Leonardo y Luis Daniel, les gustaba irse de campamento a Bariloche y El Bolsón junto con amigos. Cuando cursaba sus estudios en el Colegio Nacional Buenos Aires, Jorge comenzó su militancia política para, más adelante, pasar a integrar las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Estela María Gache
Provenía de una familia de trabajadores estatales. Fue activista de ATE durante un tiempo, mientras trabajaba en el Centro Único de Procesamiento Electrónico de Datos (CUPED). Cursó la secundaria en la Escuela Normal Superior Nº 6 y Nº 10. En esa época, ella y su amiga de la infancia, Claudia Urondo, se relacionaron con un grupo del Colegio Nacional Buenos Aires, donde Estela conoció a Jorge Adjiman cuando él daba clases de matemáticas. Años más tarde, Jorge y Estela se casaron y tuvieron dos hijas. “Cecilia”, como le decían sus compañeros, era militante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Ambos fueron asesinados en la casa que compartían por la patota de la ESMA, el 6 de septiembre de 1976. Jorge tenía 26 años y Estela, 24. En el mismo operativo secuestraron al hermano menor de Jorge, Luis Daniel Adjiman, y asesinaron al hermano mayor y su mujer, Leonardo Adjiman y Soledad Schjaer.
La imagen de fondo de la postal es el diseño de un jarrón pintado por Estela Gache.
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María Mercedes Bogliolo
Nacida en la provincia de Santiago del Estero, se crió en 9 de Julio, provincia de Buenos Aires. Tenía dos hermanos. Estudió Derecho y era maestra. Comenzó su militancia peronista en “Descamisados”, en la zona Norte del Gran Buenos Aires. Militó en la Organización Montoneros, donde sus compañeros la llamaban “Josefina”. Se casó con Alberto Eduardo Girondo, con quien tuvo dos hijos.
El 16 de junio de 1977, fue secuestrada por el grupo de tareas de la Esma. Tenía 30 años. Su marido había sido secuestrado en mayo del mismo año, y permaneció en cautiverio en el mismo Centro Clandestino durante 18 meses.
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Edgardo de Jesús Salcedo
Creció en una familia de clase obrera de Boulogne, Provincia de Buenos Aires, junto a sus nueve hermanos. Estudió Derecho e Historia en la Universidad de Buenos Aires. Desde muy joven comenzó a militar, formando parte de distintas organizaciones políticas de filiación peronista. En 1966 participó del “Operativo Cóndor” para recuperar las Islas Malvinas y, como consecuencia de ello, la dictadura de Onganía lo mantuvo preso durante casi un año en Tierra del Fuego. Junto a otros miembros de su familia, coordinó tres Unidades Básicas en la zona de Los Polvorines de la Provincia de Buenos Aires, conocida en ese entonces como “Kilómetro 30”. Posteriormente trabajó en la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL), y allí fue elegido delegado de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP), rama sindical de la Organización Montoneros. Quienes compartieron esa etapa con él lo recuerdan por su calidad humana y compromiso político.
María Esperanza Cacabelos
Era la hija mayor de cinco hermanos. Le decían “Pachi”. Mientras estudiaba Historia en la Universidad del Salvador, se sumó a un grupo jesuita vinculado al movimiento tercermundista, con el que viajó a la Provincia de Entre Ríos para conocer los problemas de los hacheros y trabajar con ellos. Dio clases en el Instituto Ceferino Namuncurá, en la Provincia de Buenos Aires. Sus alumnos la recuerdan con inmenso cariño, como una persona con quien podían hablar de política. Era, según dicen algunos, la “consultora en temas de ética y dignidad humana”. Formó parte de la Juventud Peronista (JP) y en 1972 se incorporó a la Organización Montoneros junto a Edgardo, con quien se casó un año después, y tuvieron a su único hijo, Gerardo. Sus compañeros de militancia cantaron a viva voz la Marcha Peronista en la entrada de su casamiento.
El 12 de julio de 1976, un Grupo de Tareas de la ESMA los asesinó en su domicilio. Su hijo de 2 años sobrevivió. Esperanza tenía 27 años y Edgardo, 31.
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“Necesito compartirlos, porque en definitiva es la forma que ustedes eligieron”
(De la carta de su hermana Ana María publicada el 24 de marzo de 2004).
José Antonio Cacabelos
Creció dentro de una familia muy unida y numerosa. Único hijo varón, sus hermanas le decían “Jopo” cuando intentaban acomodar los rulos que le caían en la frente, y así lo conocieron sus compañeros de militancia. Comenzó sus estudios secundarios en el Instituto Ceferino Namuncurá, en Florida, Provincia de Buenos Aires, y luego en el Colegio San José. Firme en sus convicciones, hablaba con sus amigos de resistencia, lucha y revolución, incluso cuando ya se había producido el Golpe del ‘76. Empezó a militar en Guardia de Hierro. Luego, con el retorno definitivo del General Perón a la Argentina, José decidió sumarse a la Juventud Peronista (JP), vinculada a la Organización Montoneros.
Cecilia Inés Cacabelos
Era la hija menor de cinco hermanos, a quienes quería y admiraba mucho. Como su hermano José, inició sus estudios secundarios en el Instituto Ceferino Namuncurá. La familia discutía y hablaba cotidianamente de política, y Cecilia así lo demostraba en las clases de la escuela. Sus compañeros recuerdan que nunca dejaba de decir lo que pensaba, cuando llegaba el momento oportuno. Le encantaba cocinar, tejer al crochet y escribir. Quienes la conocieron la evocan como una persona noble, valiente, sencilla y solidaria. Militaba en la Juventud Peronista (JP), vinculada a la Organización Montoneros.
Ambos fueron secuestrados en 1976 y llevados al Centro Clandestino de Detención que funcionó en la ESMA. José el 7 de junio, a sus 18 años; y Cecilia el 11 de octubre, cuando tenía 17.
El fondo de la postal es un entramado realizado por Cecilia en su cuaderno – diario.
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Carlos Alberto Chiappolini
Su familia vivía en un barrio de Temperley, sur del Conurbano bonaerense, donde Carlos creció junto a su hermana melliza y sus demás hermanos. Durante su adolescencia ya en la localidad de Adrogue, solía viajar por la costa argentina con su amigo Julio Panebianco, también desaparecido. Acampaban y vendían las artesanías en cuero y madera que realizaba Carlos. Escuchaban rock nacional, les gustaban Almendra y Billy Bond. Años más tarde se incorporarían juntos a la militancia política.
“Lito”, como le decían sus compañeros en la Unidad Básica “Patria Grande”, se casó con Cristina Muro, también militante del peronismo a quien conoció el 20 de junio del 73 en Ezeiza en la vuelta de Peron a la Argentina. Tuvieron dos hijos, Gustavo y Carlos.
Formaba parte de la Organización Montoneros. Quienes lo conocieron lo recuerdan como un militante comprometido, alegre y familiero.
Fue secuestrado el 26 de febrero de 1977, a sus 23 años, y visto en ESMA.
La foto fue tomada en Villa Gesell, durante su luna miel con Cristina. El fondo es el tablero del juego de ajedrez de “Lito” y, sobre la derecha, una réplica del arma en madera que talló para obsequiarle a su suegra.
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“De todo lo que estoy haciendo en este período de mi vida no me arrepiento de nada pues soy conciente de lo que hago y de lo que pienso”
(Una de las últimas cartas escritas por Alicia a Mónica Beherán).
Alicia Elsa Cosaka
“Alichu”, como le decían, cursó el secundario en el Colegio Normal Nº 8 del barrio de San Cristóbal. Le gustaba pintar y tocar la guitarra. Su amiga íntima, Mónica Beherán, la recuerda como “una tromba por donde pasaba, de una vitalidad impresionante y con un carácter muy divertido”. Estudió Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires. En los meses previos a su desaparición, había dejado la facultad porque planificaba un viaje a Machu Picchu. No se tiene información precisa acerca de su militancia, aunque sí se sabe que prestaba la casa como correo y guardaba materiales vinculados a la Organización Montoneros.
Fue secuestrada en su domicilio en el barrio de Almagro, el 29 de octubre de 1976, y vista en el Centro Clandestino de Detención que funcionó en la ESMA. Alicia tenía 19 años.
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Adriana María Franconetti
Era la primera de una familia de siete hermanos que vivía en el barrio de Floresta. Adriana fue una alumna destacada del Colegio Nacional Buenos Aires, donde conoció a quien fue su marido, Jorge Donato Calvo. Además de su temprano interés por la política, escribía y hacía cerámica. Una de sus hermanas, Mercedes, la recuerda como la primera “que agarró la llave de la casa e hizo una copia” sin pedirle permiso a sus padres, y la “primera que llegó tarde sin avisar”. Su familia cuenta que tenía un carácter fuerte y reservado. Era una mujer seria, voluntariosa y responsable, comprometida con todo lo que hacía. Ingresó en la carrera de Antropología de la Universidad de Buenos Aires y fue empleada en Obras Sanitarias de la Nación, donde comenzó a militar junto con su compañero en la Zona Norte, dentro de la Organización Montoneros. Hacía un trabajo de alfabetización en el barrio La Cava de San Isidro, Provincia de Buenos Aires.
Jorge Donato Calvo
Nació en el barrio porteño de Palermo. Su familia era de Tandil, Provincia de Buenos Aires. Se crió con sus cinco hermanos, siendo muy compinche del mayor y protector de los más chicos. Cuando era niño, amaba estar en el campo. Uno de sus hermanos recuerda que siempre trataba de salvar la vida de los animales y curarlos. Tenía una personalidad reservada, dulce, era generoso y excelente alumno. Le encantaba dibujar y lo hacía muy bien. Se recibió de médico en la Universidad de Buenos Aires y trabajaba como residente de Cirugía en el Hospital Ramos Mejía. Vivía y militaba junto a Adriana en Zona Norte, con quien tuvo dos hijas.
Ambos fueron secuestrados por el Grupo de Tareas de la ESMA cuando esperaban para entrar al Cine Ritz de Belgrano, en Capital Federal, el 11 de septiembre de 1977. Jorge tenía 27 años y Adriana 28.
Los dos hermanos menores de Adriana, Eduardo y Ana María, fueron secuestrados ese mismo año, y llevados al Centro Clandestino de Detención “El Atlético”. Tenían 20 y 18 años.
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“…me diste una familia ejemplar de seres honestos consigo mismo y sus semejantes (hasta dar su vida!) y con sus actos.”
(Carta escrita el 15 de enero de 1978 por Miguel Grigera a su esposa Laura Ondarts, padres de Gustavo)
Gustavo Alberto Grigera
Se crió en el ámbito de una familia numerosa, con sus hermanos y primos. Durante su adolescencia jugaba al rugby en el club Matreros de Morón. En 1972 se recibió de médico en la Universidad de Buenos Aires, y ejerció su profesión en el Hospital Italiano ubicado en el barrio de Almagro. Junto a otros compañeros de ese establecimiento, participó activamente en la política de la época, concibiendo su profesión como parte esencial de su militancia. Más adelante integraría el equipo de Sanidad del Ejército Montonero.
Fue secuestrado en su lugar de trabajo por un Grupo de Tareas de la Armada, y conducido al Centro Clandestino de Detención- ESMA. En ese momento Gustavo tenía 28 años y esperaba, junto a su esposa, Mónica Dupuy, el nacimiento de su primera hija. La familia recuperó el cuerpo el 20 de agosto de 1977.
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“…aunque se que está todo “patas para arriba”, papi quería cambiarlo, quería que todos los chicos tuvieran pan, que no sólo unos pocos tuvieran mucho, fue un gran hombre, pudo tenerlo todo, pero lo dejó por los demás.”
(Carta de Mónica Dupuy, esposa de Gustavo, para la hija de ambos que estaba por nacer)
Gustavo Alberto Grigera
Se crió en el ámbito de una familia numerosa, con sus hermanos y primos. Durante su adolescencia jugaba al rugby en el club Matreros de Morón. En 1972 se recibió de médico en la Universidad de Buenos Aires, y ejerció su profesión en el Hospital Italiano ubicado en el barrio de Almagro. Junto a otros compañeros de ese establecimiento, participó activamente en la política de la época, concibiendo su profesión como parte esencial de su militancia. Más adelante integraría el equipo de Sanidad del Ejército Montonero.
Fue secuestrado en su lugar de trabajo por un Grupo de Tareas de la Armada, y conducido al Centro Clandestino de Detención- ESMA. En ese momento Gustavo tenía 28 años y esperaba, junto a su esposa, Mónica Dupuy, el nacimiento de su primera hija. La familia recuperó el cuerpo el 20 de agosto de 1977.
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“Hoy leí en el diario que habían soltado a 300 detenidos en Buenos Aires, eso me dio muchísimas esperanzas e ilusiones. Es posible que si no los largaron ahora lo hagan pronto.”
(Carta escrita el 3/10/1976, desde el exilio, por Daniel Tarnopolsky. Toda su familia continúa desaparecida).
Hugo Tarnopolsky y Blanca Edelberg
Él era químico, ella psicopedagoga. Tuvieron tres hijos y formaron una familia muy unida. Solían leer el diario entre todos y les gustaba hablar y discutir de política. Fueron secuestrados el 15 de julio de 1976, en su domicilio en Capital Federal.
Sergio Tarnopolsky
Hijo mayor del matrimonio, Sergio militaba en la Juventud Peronista (JP). Era conscripto desde fines de 1975 y fue destinado a la Escuela de Mecánica de la Armada. Desde allí, comenzó a reunir y pasar información sobre las atrocidades que se cometían en el lugar. Se casó con Laura Del Duca, militante de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) de Filosofía y Letras. Él fue desaparecido el 14 de julio de 1976 en la ESMA, cuando tenía 21 años. Al día siguiente secuestraron a Laura.
Betina Tarnopolsky
La menor de la familia, la llamaban “la holandesita”, según cuenta su hermano Daniel, porque “era gordita y muy rubia”. Militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Fue secuestrada en la casa de su abuela, el 15 de julio de 1976. Tenía 15 años.
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Jaime Eduardo Said
Era el mayor de tres hermanos, con quienes compartió un ambiente familiar muy solidario, en el que se discutía de política.
Creció en el barrio porteño de Flores. Le gustaba leer novelas y libros de historia. Era “un tipo conceptual, estudioso, con un gran
sentido del humor”, resalta su hermana.
Estudió Derecho en la Universidad de Buenos Aires. Militó en la Juventud Peronista. Desde la Gremial de Abogados Peronistas,
perteneciente a Montoneros, asistió a presos políticos y militantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Daba clases
en el colegio Carlos Pellegrini y en la Facultad de Derecho. Tenía un excelente trato con sus alumnos, quienes recuerdan que era
“muy riguroso, pero muy compañero”. En 1975, se casó con Claudia Yankilevich.
Alberto Ezequiel Said
Estudió Contabilidad en la Universidad de Buenos Aires. Tenía un espíritu emprendedor que lo llevó a desarrollar distintos
proyectos: un negocio de pelucas, un restaurante y un taller textil, entre otros. A diferencia de sus hermanos, no tuvo una
militancia orgánica. Sin embargo, participaba activamente en política y contribuía en muchos aspectos, como llevar o traer
compañeros de las movilizaciones. Alberto era “muy dinámico, muy polvorita”, pero “le gustaba la diversión, salía mucho, tenía
sus amigotes”. Aunque él y Eduardo eran distintos, los unía un gran compañerismo: les gustaba la misma música y compartían
la pasión por el fútbol y por River Plate. Estaban felices con su primera sobrina, María, y con el segundo, que nacería pronto.
El 15 de noviembre de 1976, Alberto fue herido durante su secuestro y llevado al CCD-ESMA. Tenía 25 años. El 24 de noviembre
de 1976, fue secuestrado Eduardo, de 28 años, por el Grupo de Tareas de la ESMA. Ambos hermanos, así como también la
esposa de Eduardo, Claudia (secuestrada en 1978), permanecen desaparecidos.
[En el fondo de la postal] Libreta de recuerdos escolares de Alberto.

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